Sí, tal vez no venga mucho al caso en un espacio destinado a la arquitectura efímera, pero al menos espero que nos sirva para reflexionar sobre las emociones y la sorpresa, factores que deberíamos tener en cuenta y que sería muy recomendable introducir en los stands diseñados.
Me he topado con un packaging de vino que me ha hecho desear comprar la botella y sobretodo, sin haber probado el vino me ha hecho pensar que se trataba de un vino fresco, alegre, desenfadado, un vino ligero en boca, con una personalidad traviesa y un cuerpo único.
Leyendo tan sólo la etiqueta supe que este vino sabe que es bueno, que este vino no necesita engañarme, que este vino quiere enamorarme, pero hacerlo poco a poco, para que nuestro amor dure, leyendo la etiqueta supe que este vino es noble, sincero y que no le falta sentido del humor,
Leyendo la etiqueta del Sauvignon Blanc acabé enamorándome de un vino que no existía e intentando comprarlo acabé en el HuffingtonPost leyendo que les había pasado lo mismo, que se enamoraron de la etiqueta y buscaron el vino! Para acabar descubriendo que no era más que una prueba de packaging y un montaje de photoshop y que ese vino no existía.
Pero el hecho de que exista o no el vino, lo relevante es la etiqueta, todo lo que fue capaz de transmitirme y es sobre eso sobre lo que escribo.
Por eso, como reflexión, cuando diseñemos un stand pensemos en que su misión es transmitir a quien lo ve las cualidades del producto expuesto, transmitir, a poder ser, emociones y sensaciones, y lo que hace un stand sublime es que sea inolvidable, como esta botella de Sauvignon, por más que no exista ( lo cual es anecdótico )
Traducción del texto de la etiqueta:
No dejes que esta botella te sirva de inspiración para llamar a tu Ex en un intento patético de volver a estar juntos. Algunas uvas fantásticas han muerto en la creación de este vino. Muestra algo de respeto.
Como consuelo si también te enamoraste de la etiqueta puedes encontrar una etiqueta con este texto en Amazon: “don´t call our ex… “
